martes, 10 de febrero de 2009

El Príncipe Negro

El Príncipe Negro

Eduardo de Lancaster, príncipe de Gales y Aquitania, duque de Cornualles y conde de Chester, nació el 15 de junio de 1330 en Woodstock (Inglaterra) y murió el 8 de junio de 1376 en Westminster. Se le conoció con el sobrenombre de 'El Príncipe Negro' por el color de su armadura.
Fue hijo del rey Eduardo III de Inglaterra y de Felipa de Hainault. Con tan sólo 16 años comenzó a demostrar su valor y pericia como guerrero en la Batalla de Crécy (1346), destacando en adelante contra los franceses en la Guerra de los Cien Años. En 1344, Eduardo III decidió restablecer la Tabla Redonda y cuatro años después se reúnen los primeros componentes de la Orden. Estos modernos caballeros forman un grupo de élite político-militar consagrada a la causa del rey, que, a su vez, es el jefe de la llamada Orden de la Jarretera. En el lado francés, el rey Juan el Bueno crea, como contrapartida, la Orden de la Estrella que le garantiza la fidelidad de un verdadero ejército de quinientos hombres.

El Príncipe Negro tras la Batalla de Crécy
En 1356, en la batalla de Poitiers comandó un ejército de más de siete mil soldados, logrando una grandiosa victoria sobre la caballería pesada francesa y tomó prisionero al rey Juan II de Francia, al que llevó a Inglaterra en espera de rescate. Tras el Tratado de Britigny de 1360, su padre lo nombró duque y lugarteniente de Aquitania y Guyena.
Poco después, se alió con Pedro I de Castilla, cuando los franceses apoyaron al insurgente Enrique de Trastámara, y se trasladó a Castilla. En la batalla de Nájera (1367), sus ejércitos derrotaron a los de Enrique. Sin embargo, Pedro y él comenzaron a tener tiranteces, sobre todo porque el castellano se negó a pagarle lo acordado cuando acudió en su ayuda. Al final, Eduardo abandonó Castilla, dejando a Pedro a su suerte (que le duró poco :p).
Eduardo se casó en Windsor, el 10 de octubre de 1361, con Juana de Kent, nieta de Eduardo I. El matrimonio fue por amor, cosa extraña en aquella época, y se hizo sin el consentimiento del rey, Eduardo III. Al parecer, Juana estaba casada previamente, por lo que hubo un problemilla de bigamia, así que permanecieron en Francia hasta 1371, cuando el monarca bendijo por fin la unión. Juana le dio dos hijos: Eduardo (1365-1372) y Ricardo (1367-1400), futuro Ricardo II y sucesor de su abuelo.
CARTA DEL PRÍNCIPE DE GALES A ENRIQUE TRASTÁMARA, poco antes de la batalla de Nájera:
«Eduardo, hijo primogénito del rey de Inglaterra, príncipe de Gales y de Guiena, Duque de Cornualles y Conde de Cestre:
Al noble y poderoso príncipe don Enrique, Conde de Trastamara:
Sabed que, en estos días pasados, el muy alto y muy poderoso príncipe don Pedro, rey de Castilla y de León, nuestro muy querido y muy amado pariente, llegó al principado de Guiena donde nós estábamos y nos hizo entender, que, cuando el rey don Alfonso, su padre, murió, todos los de los reinos de Castilla y de León le recibieron pacíficamente y tomaron por su Rey y Señor, entre los cuales fuísteis vós uno de los que así le obedecieron y estuvísteis gran tiempo en su obediencia.
Y dice que, despues de esto, ahora puede hacer un año, que vós, con gentes y fuerzas de diversas naciones, entrásteis en sus reinos y se los ocupásteis y os llamásteis Rey de Castilla y de León; y le tomásteis sus tesoros y sus rentas y le teneis su reino asi tomado y forzado y decís que lo defendereis de él y de los que le quisieren ayudar. Por lo cual, estamos muy maravillados de que un hombre tan noble como vós, hijo de rey, hiciéseis cosa tan vergonzosa contra vuestro rey y señor.
Y el rey don Pedro envió a contar todas estas cosas a mi señor y padre, el Rey de Inglaterra, y le requirió auxilio, lo uno por el gran deudo y linaje que las Casas de Inglaterra y Castilla tuvieron juntas (no olvidemos que Eduardo I de Inglaterra casó con Leonor de Castilla) y también por las ligas y confederaciones que el dicho rey Don Pedro tiene hechas con el rey de Inglaterra, mi padre y mi señor. Y conmigo, que le quisiese también ayudar a retomar su reino y cobrar lo que es suyo.
Y el rey de Inglaterra,mi padre y mi señor, viendo que el rey Don Pedro, su pariente, le enviaba a pedir justicia y derecho y cosa razonable a que todo rey debe ayudar, quiso así hacerlo y nos envió el mandato de que, con todos sus vasallos y valedores y amigos que él tiene, le viniésemos a ayudar y confortar según cumple a su honra.
Por esta razón nos encontramos aquí y estamos hoy en el lugar de Navarrete, que está en los términos de Castilla. Y porque, si fuese voluntad de Dios que se pudiese evitar tan gran derramamiento de sangre de cristianos como acontecería si hubiese batalla, de lo cuál sabe Dios que, a nós, pesará mucho.
Por ello, os rogamos y requerimos, de parte de Dios y del Martir San Jorge, que, si os place que nós seamos buen medianero entre el dicho rey Don Pedro y vós, que nos lo hagais saber y nós trabajaremos para que vós encontreis ventajas en sus reinos y en su buena gracia y merced, para que, honrosamente, podais vivir holgadamente y gozar de vuestro estado y condición. Y si algunas otras cosas tuviese que aclarar entre él y vós, con la merced de Dios, procuraremos ponerlas en tál estado que vós quedeis bien satisfecho.
Y si esto no os place y quereis que se libre la batalla, sabe Dios que ello nos desagradará mucho; sin embargo, no podemos excusar ir con el dicho rey Don Pedro, nuestro pariente, por el reino; y si algunos quisiesen obstaculizar los caminos a él ya nós, que con él vamos, nós haremos mucho con la gracia de Dios.
Escrita en Navarrete, villa de Castilla,a primero de abril.»

domingo, 1 de febrero de 2009